Nuestras Navidades 2020
El Chimo. Un Regalo Ancestral
Existen razones para pensar que la utilización del tabaco con fines curativos por parte de los chamanes indígenas en el continente americano fue mucho antes de la conquista española, por tanto el chimó obedece a largos procesos de experimentación amerindia. En las crónicas de los colonizadores del viejo continente se reseña que, antes de su llegada, los indígenas de tierras venezolanas específicamente en la Región de los Andes se sumergían en la Laguna de Urao, un embalse natural de agua salada de origen tectónico, ubicada en lo que hoy es la ciudad de Lagunillas al oeste del Estado Mérida, Venezuela y sacaban rocas de sal que, después de ser pulverizadas, mezclaban bajo fuego con las hojas de tabaco varias veces, a las que además le agregaban cenizas de cáscaras secas de plátano; cuando la mezcla estaba lista, la guardaban en hojas y, al tener hambre durante las jornadas del día, mascaban una porción de chimó.
El chimó fue uno de los regalos entregados por los indígenas a Colón y su tripulación en señal de aceptación y bienvenida en el año 1492. El químico y botánico Pedro Berástegui perfeccionó los métodos de cultivo del tabaco y de la confección del chimó. quien le descubrió estas propiedades al tabaco, después de recorrer el occidente de Venezuela en 1781, con el fin de localizar tierras para desarrollar este cultivo con óptimo rendimiento y beneficio. Recorrió Aragua, Orituco, Barinas, Guanare, Mérida y La Grita, observó su empleo en la preparación del moo y el chimó, mezclado con tabaco curanegra e hizo recomendaciones sobre esta siembra, con destino al comercio interno de la provincia. El moo se obtiene de las hojas de tabaco verde, se muele, se mezcla con agua y se mete en pailas hasta obtener su clarificación y espesura características; mientras que el chimó se prepara con el tabaco curado y debe quedar más espeso. Agustín Codazzi reconoció a Berástegui, el haber perfeccionado la elaboración de estos productos y los describió así: “… del jugo del tabaco sacan el moo y el chimó, cuyo uso es muy general en las provincias de Mérida, Trujillo y algunas partes de Barinas (Venezuela).